Desde que inició el alto a las clases presenciales, ha disminuido de manera significativa la interacción interpersonal tradicional, cambiando la manera en cómo nos comunicamos y adaptándonos en este paso del modelo virtual.
Esta integración con las nuevas tecnologías ha hecho que la adaptabilidad sea un factor clave para el desarrollo continuo de las habilidades intelectuales, el acto reflexivo de ser un estudiante autodidacta se desarrolla con el paso de los días, cada vez hay más herramientas que pueden ser potenciales aliadas en un mundo cada vez más competitivo y entras en continúo crecimiento personal, aún así, existe un vacío en la interacción offline, en el que la comunicación verbal toma más relevancia y con ello la importancia de una riqueza idiomática.

La práctica de la fluidez al HABLAR, desde la constante interacción humana que ha perdido protagonismo en tiempos de pandemia, ha sido una de las preocupaciones más clara en la educación moderna.
Es aquí cuando el acompañamiento cobra un sentido especial en el que las pizarras y los ordenadores son herramientas para crear hábitos de estudio y enseñanzas claras. Programas como AYO o E-Summer Camp, están diseñados para compartir tiempo de creatividad en el que la metodología divertida y con profesores nativos, hacen de cada sesión una experiencia significativa.
Es tiempo de quedarse en casa inteligentemente, de manera que el aprendizaje sea continuo y natural, fortaleciéndo y encontrando nuevas habilidades, haciendo amigos en el recorrido mientras aprendes de manera divertida e interactiva, saliendo de la rutina del día a día y enfocando siempre el objetivo de cada día aprender nuevas enseñanzas.


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